Una postura crítica ante la relación entre tecnología y aprendizaje (comentario crítico)

La primera versión de mi comentario crítico con semanas de retraso. Pido disculpas a todos.

En una reciente entrada en su blog, Ismael Peña-López (2010) introducía la distinción entre micro y macro enfoques cuandos e habla de TIC y aprendizaje. Por enfoque micro, entiende:

(…) the analysis of the impact of ICTs on the educational process — teaching and learning, that is, how methodologies and the daily work will change when ICTs enter a specific educational process. A simple example is whether the dynamics of the classroom will change if kids come in with their laptops, in what direction and what will be the extent of the impact (if any).

Mientras que el enfoque macro se define:

the analysis of the impact of ICTs on Education as an institution (and/or its instititutions). In other words, how the arrival of ICTs will change the role of schools and universities and their teachers, their legitimacy, their added value and “business” plans, etc.

A continuación me gustaría profundizar en la distinción y explicar como la percibo como profesor y como aprendiz. Finalmente me gustaría presentar la necesidad de desarrollar una postura crítica que tenga en cuenta tanto los enfoques micro como los macros y, al mismo tiempo, los ponga a prueba. Creo que para esta postura crítica es esencial y debería incluir dos grandes líneas:

  1. Saber identificar la validez de la información que recibimos, los intereses a los que responde y los supuestos ideológicos sobre los que sustenta y transmite al respecto de estos temas.
  2. Tomar conciencia de qué significa para la enseñanza, el aprendizaje y para nuestra vida las nuevas tecnologías.

El planteamiento general de los enfoques micro es que la tecnología debe estar supeditada a la didáctica y que deben ser una herramientan que ayude al aprendizaje. Como señala Mejías (2005) la tecnología es vista como la encargada de diseñar herramientas para alcanzar el aprendizaje de forma que se prioriza la didáctica y la tecnología entra en la enseñanza subordinada a esos principios didácticos en la medida en que los facilitan o los refuerzan. El peligro de esta postura es que los modelos didácticos se perpetúan y se cierra el paso a la posiblidad de que la TIC traigan consigo cambios profundos en las prácticas didácticas y en la institución escolar. Por eso es necesario superar esta perspectiva micro para tomar en consideración otros aspectos. Como señala Mejías (2005) es necesario pensar las tensiones que aparecen cuando la tecnología cuestiona o subvierte los modelos didácticos imperantes. Hace falta entones armarse de las herramientas conceptuales y críticas y contar con datos extraídos de investigaciones que permitan:

  • Identificar los cambios que las TIC han provocado o están provocando en la sociedad, la economía, la política, la vida diaria en la actualidad, etc. Esos cambios serán los mismos en la educación y, al mismo tiempo, la educación tiene que dar cuenta de esos cambios para ir con su tiempo y no quedarse desfasada.
  • La educación debe analizar críticamente esos cambios y preparar a los alumnos para la nueva sociedad.
  • Identificar hacia donde va la sociedad y que papel jugará la educación en esa sociedad futura. La educación tendrá que anticipar ese futuro y ser un actor principal en él. Este futuro incluye tener claro qué necesitará saber la gente en el futuro, qué demandará de la escuela, qué papel jugará la educación en la sociedad de la comunicación y en la economía del conocimiento, etc.

En definitiva los enfoques micro necesitan una mayor perspectiva porque el impacto de la tecnología es mucho mayor del que pueda tener un programa de software que ayuda a resolver problemas de matemáticas. La tecnología ha cambiado la economía, la sociedad, los modos de vida o la relación entre el hombre y la información y el conocimiento. La tecnología ha irrumpido en la educación para cambiarla por completo. El reto está en ser capaz de conducir el cambio hacia una educación igualitaria, accesible a todo el mundo y a la altura del tiempo que le ha tocado vivir.

Los enfoques macro tienen su punto de partida en ese cambio social, histórico y económico que antes hemos señalado. En Collin y Halverson (2009) se plantea que la tecnología ha provocado una segunda revolución en la historia de la educación. Las instituciones escolares tal y como hoy las conocemos no están preparadas para ese cambio que, por otra parte, es inexorable. De forma que la situación que se presenta a la escuela que conocemos es: o cambiar de acuerdo a ritmo que marca la tecnología o desaparecerá de manera que el aprendizaje ya no coincidirá más con la escuela, sino que tendrá lugar en otro sitio y por medio de otras instituciones. Es necesario, argumentan, los autores que la escuela, como institución, sepa adaptarse a los cambios provocados por la tecnología si quiere tener futuro.

Como señala Peña-López (2010) si algo se puede criticar a estos enfoques macro es que, en su mayoría, son sostenidos por tecnoentusiastas ajenos al mundo de la educación y de la investigación sobre aprendizaje y que, por tanto, desconcen los aspectos fundamentales de la cuestión. Añadiría que en muchos de los enfoques macro también hay cuestiones ideológicas e intereses más o menos ocultos que es necesario identificar para mantener una postura crítica acerca de cómo la tecnología está cambiando la educación y el aprendizaje y su futuro. En primer lugar, se podría hablar de tecnopositivismo, tecnodeterminismo o tecnoentusiasmo educativo (Njenga y Fourie, 2010) como aquella ideología que sostiene que todas las respuestas a los problemas de la educación tienen solución en la tecnología. Además basan sus propuestas en conceptos que no cuentan con el suficiente respaldo científico. En segundo lugar podríamos señalar sin mucho esfuerzo los intereses que grandes compañías de comunicación, de software, de edición y distribución de contenidos digitales, etc, tienen en que la educación adopte cuanta más tecnología mejor porque ven en este cambio un nicho de mercado enorme. En tercer lugar, estos enfoques macro presentan posturas, teorías y propuestas didácticas descontextualizadas con lo que ignoran aspectos fundamentales como son la brecha digital, tanto en lo que respecta a la accesibilidad a la tecnología como en las competencias derivadas de la alfabetización digital (cfr. Peña, 2009).

En la situación que he presentado, a partir de la distinción entre enfoque micro y macro en la relación entre la tecnología y la educación, hay tres líneas principales. La tecnología ha cambiado por completo la sociedad, la economía y los modos de vida. Eso incluye a la escuela en dos aspectos. Primero, la escuela es una de las instituciones afectadas por el cambio. Segundo, la escuela tiene que preparar a las personas para vivir en esos cambios. Los cambios van más allá de encontrar una herramienta tecnológica que ayude al profesor explicar en la clase o al alumno a estudiar en casa. Los cambios son de un calado tal, que afectarán a la institución por completo. Finalmente, ante este panorama novedoso, cambiante y complejo hay múltitples propuestas que esconden intereses económicos e ideológicos que es necesario aislar para no caer en el tecnopositivismo ingenuo ni favorecer los intereses económicos de unos pocos. Para manejarnos en esta situación, llena de oportunidades para mejorar el aprendizaje y de riesgos que pueden acabar con la igualdad de oportunidades en la educacion, veo necesario desarrollar una postura crítica tal y como se nos ha propuesto a lo largo del curso. Aunque estoy bastante confuso al respecto, voy a señalar tres pilares sobre los que asentar esa postura crítica: una postura ética; un pensamiento crítico; una e-awarenes.

La postura ética se basa en que, tanto profesores como aprendices y cargos educativos, debemos aceptar el hecho de que la tecnología está aquí, juega un papel crucial y no podemos negarnos a incorporarla a la institución escolar y al proceso de enseñanza y aprendizaje. Negar esa importancia, sería cerrar los ojos y cortar los lazos de unión que el aprendizaje debe tener con la realidad.

Al mismo tiempo, no debemos suspender nuestra capacidad crítica ante la tecnología y aceptar como dogma de fe todo lo relacionado con ella. Antes bien, debemos desarrollar una capacidad crítica para tomar lo válido y desechar lo que no lo es; para identificar los intereses que hay detrás de cada aparato tecnológico; para contextualizar debidamente las verdades que se nos ofrecen como universales; para aislar los componentes ideológicos de algunas propuestas, etc. (cfr. Friesen, 2009: 173 y ss; Njenga & Fourie, 2010).

En conclusión creo que todo esto forma parte de una e-awarenes, (Peña-López, 2009) que sería aquella competencia que nos sirve para pensar de forma crítica el papel de la tecnología en el mundo y en nuestras vida, los usos que hacemos de ella, las implicaciones que eso tiene desde el punto de vista no sólo tecnológico sino también social. En este ámbito social es donde estaría, por supuesto, el aprendizaje y la educación. Esa dimensión social también es invocada por Mejías (2005: 3) al hablar de lo que significa “social” cuando hablamos de “software social”. Para este autor, el término social designa “the social agency”, es decir, los usos, las apropiaciones sociales y contextualizadas en un aquí y un ahora que toma en cuenta los intereses, los conflictos, las oportunidades y los riesgos. Considero vital esa agencia (o agenciamiento): qué vamos a hacer con la tecnología en la educación; qué tipo de aprendizaje vamos a construir.

Referencias:

Collins, A & R. Halverson. 2009. Rethinking education in the age of technology. The digital revolution and schooling in America. Teachers College Press. Nueva York.

Friesen, N. 2009. Re-Thinking E-Learning Research: Foundations, Methods and Practices. Peter Lang Nueva York (algunos fragmentos disponibles aquí).

Njenga, James Kariuki & Fourie, Louis Cyril Henry. 2010. “The myths about e-learning in higher education”. British Journal of Educational Technology, 41, 2, 199-212.

Mejías, Ulises. 2005. “A Nomad ’ s Guide to Learning and Social Software Abstract The latest social turn”. The knowledge tree, 1-9. Retirado el 22/04/2010 de http://knowledgetree.flexiblelearning.net.au/edition07/download/la_mejias.pdf

Peña-López, I. 2009. “Towards a comprehensive definition of digital skills” In ICTlogy, #66, Marzo 2009. Barcelona: ICTlogy. Retirado el 22/04/2010 de http://ictlogy.net/review/?p=1771

Peña-López, I. 2010. “The micro and macro approaches of ICTs in Education” In ICTlogy, Abril 2010. Retirado el 22/04/2010 de http://ictlogy.net/20100419-the-micro-and-macro-approaches-of-icts-in-education/

4 pensamientos en “Una postura crítica ante la relación entre tecnología y aprendizaje (comentario crítico)

  1. Pingback: ICTlogy » ICT4D Blog » The micro and macro approaches of ICTs in Education

  2. Muchas gracias por los comentarios: profundizas y contextualizas mucho más que yo los aspectos que trataba inicialmente.

    Tampoco conocía algunas de las referencias, y especialmente la de Collins & Halverson (que tienen un resumen del libro publicado en The Journal of Computer Assisted Learning 😉 me parece indisplensable.

    Un abrazo y gracias de nuevo 🙂

    i.

    • He leído el libro de Collins & Halverson hace un par de días. Escribí un pequeñito resumen en mi otro blog y enlace el resumen que mencionas.

      Al contrario, soy yo quien debe darte a las gracias a ti por este post. Me ha ayudado mucho. Todavía le doy vueltas a la distinción, creo que se puede trabajar mucho en esa dirección. Como habrás visto esto es un ejericio para un curso que espero mejorar en sucesivas versiones. Seguiré en ello.

      La relación entre micro/macro y el modelo de competencia digitales que propones es un punto también a tener muy en cuenta.

      Gracias por el enlace en tu post

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